La potencia del motor es una de las características más buscadas entre los amantes del automovilismo. El turbocompresor es un elemento desconocido en sí, aunque casi todos hemos oído hablar de los coches turbo. Precisamente, este dispositivo es uno de los grandes aliados de los motores más potentes. ¿Por qué? ¿Cómo funciona? Se lo explicamos de la forma más clara posible.
¿Qué es un turbocompresor?
Es un sistema de sobrealimentación del motor. El turbocompresor está compuesto principalmente de dos ruedas: una rueda de compresor y otra rueda de turbina. Es un elemento muy habitual en los motores diésel y presente en algunos motores de gasolina.
Estos sistemas se empezaron a utilizar en los aviones para paliar la pérdida de potencia debida a la altura e inyectar aire en el motor. Hacia los años 60, el fabricante de coches Mercedes Benz utilizó esta mecánica para fabricar el primer motor turbodiésel.
¿Cómo funciona un turbocompresor?
Su funcionamiento se basa en el uso de los gases provenientes de la combustión o gases de escape. El sistema comprime estos gases y los inyecta en el motor para aumentar su potencia.
Puede parecer técnicamente muy complicado, pero el funcionamiento de un turbocompresor es más fácil de lo que parece. ¿Qué es un turbocompresor? Un conjunto de un compresor y una turbina que comparten un mismo eje (eje coaxial). Los gases de escape penetran por la turbina, que empieza a girar y que pone en marcha el compresor de aire. El aire comprimido pasa al colector de admisión y, de ahí, al motor.
Aunque pueda parecer lo contrario, el turbocompresor contribuye a una mayor eficiencia y a un mayor respeto del medioambiente. ¿Cómo? Muy simple: los gases de escape provenientes de la combustión acabarían en la atmósfera de no ser por el aprovechamiento que hace el turbocompresor de estos.
Consejos para alargar la vida útil de esta pieza del coche
El turbocompresor está sujeto a altas temperaturas y a un elevado número de revoluciones por minuto. La turbina del turbocompresor puede llegar a alcanzar los 1 000 °C y a girar a más de 100 000 revoluciones por minuto (rpm). Por ello, es fundamental que el sistema esté bien lubricado y que el aire circule para que se enfríe correctamente.
¿Cómo puede contribuir a una buena refrigeración y lubricación del turbocompresor? En primer lugar, evitando acelerones y una conducción demasiado potente al principio, para dar tiempo al turbocompresor de ir calentándose poco a poco. En segundo lugar, la lubricación de calidad será clave para que el turbocompresor funcione como debe. Ahorrarse unos euros en el aceite del coche no vale la pena si la lubricación es deficiente.
Como ha podido comprobar en este artículo, el turbocompresor es la prueba de que potencia y eficiencia son compatibles. Así que si su coche es turbo, aproveche para poner en práctica estos sencillos consejos para alargar la vida útil de esta herramienta. Su coche y el medioambiente se lo agradecerán.
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