Hay tantas piezas básicas en un coche cuyas funciones desconocemos que podríamos pasarnos horas y horas explorando y leyendo sobre ellas. Hoy nos concentraremos en una: el muelle de suspensión. Por su nombre, podemos intuir su función, pero en este artículo dejamos todo lo que necesita saber sobre este sistema para que pueda tachar un elemento más de su lista de piezas desconocidas.
¿Qué es un muelle de suspensión?
Los muelles de suspensión son elementos que conectan las ruedas con la carrocería del coche para absorber los impactos que puedan sufrir las ruedas, garantizar que los neumáticos estén siempre en contacto con el suelo y compensar las irregularidades de la carretera. Existen varios tipos de muelles, pero la gran mayoría de los vehículos cuenta con muelles helicoidales.
Muelles helicoidales
Los muelles helicoidales son el tipo más común de muelle de suspensión integrado en turismos. Como su nombre indica, se distinguen por tener forma helicoidal, es decir, forma de hélice. Suelen estar fabricados en metales como el acero.
Un muelle helicoidal suele instalarse conectado al amortiguador. Al ensamblarse constituyen una estructura llamada «puntal», que puede encontrarse en el mercado en forma de kit. Ambos trabajan de manera conjunta para que la conducción sea lo más confortable y fluida posible en caso de circular por una carretera con baches, badenes u otras deformaciones.
La gran ventaja de este tipo de muelles es que pueden soportar cargas muy pesadas y son mucho más ligeros y flexibles que otros sistemas.
¿Cómo mantener el muelle de suspensión en buenas condiciones?
Mantenerlo en buenas condiciones permite preservar el sistema de suspensión a largo plazo. De esta forma, evitamos roturas de piezas y otros desgastes derivados de las irregularidades de la carretera y los impactos.
Del muelle de suspensión depende que nuestro coche mantenga un nivel correcto de amortiguación y que pueda circular con toda comodidad. Para ello, existen una serie de pautas que nos pueden ayudar a prolongar su vida útil:
1. Controlar el nivel de presión de los neumáticos
Unos neumáticos con un nivel incorrecto de aire y presión pueden tener un efecto perjudicial en el muelle de suspensión, ya que las fuerzas necesarias de amortiguación sufren una descompensación.
2. Revisar el sistema
Es conveniente comprobar el estado del sistema de suspensión cada 20 000 kilómetros. La vida útil del conjunto no suele exceder los 60 000 – 80 000 kilómetros.
3. Verificar el nivel de carga
En la medida de lo posible, evitar superar el nivel máximo de peso del vehículo para no forzar la capacidad de carga, lo que podría deteriorar la suspensión al hacer presión sobre las ruedas.
4. Conducir con atención
Idealmente no conduzca por zonas en muy mal estado que incidan de manera directa sobre la suspensión del coche, como aquellas con rocas de grandes dimensiones, badenes, depresiones del terreno, entre otros.