La importancia de mantener un modo de vida con bajo impacto ambiental y más ecológico ha revolucionado los hábitos de muchas personas y ha influido en diferentes aspectos de la vida cotidiana, incluido el uso del coche. Por ello, muchos conductores se han apuntado a la movilidad sostenible, optando por comprar coches eléctricos o híbridos. Estos modelos tienen características diferentes en comparación con los automóviles de gasolina o diésel y permiten un ahorro considerable en cuanto a los costes de mantenimiento, pero para realizarlo es necesario adoptar otras precauciones, que ahora le desvelaremos.
Coches eléctricos
Los coches eléctricos son vehículos que funcionan con un motor eléctrico, el cual aprovecha la energía que se almacena en la batería. Para su funcionamiento, es imprescindible recargar la batería periódicamente mediante una poste que suministra electricidad, por lo que su autonomía es limitada, lo que los vuelve perfectos para los desplazamientos por la ciudad.
Para que el coche mantenga un alto nivel de rendimiento, es recomendable realizar un mantenimiento anual, teniendo en cuenta también los kilómetros recorridos. Aunque el coste de compra es mayor en comparación con los coches de gasolina o diésel, los costes de mantenimiento son menores.
El motor consta de menos componentes, lo que los hace menos propensos al desgaste y no hace falta recargar líquidos o sustituir correas y filtros. Por otro lado, el sistema de recuperación de energía reduce el consumo de las pastillas de freno. La parte que más carga recibe son los neumáticos, que deben soportar el considerable peso de la batería. Esta última, más compleja que la de los vehículos que funcionan con combustible, requiere más cuidado.
Actualmente no hay muchos talleres especializados en el mantenimiento de coches eléctricos, por lo que es preferible ponerse en contacto con un taller o concesionario. Puede utilizar nuestro website para encontrar piezas de recambio de segunda mano para coches electricos.
Coches híbridos
Los coches híbridos son vehículos que funcionan con un motor endotérmico. Se basan en una unidad eléctrica conectada a baterías, recargadas por la energía que se libera durante el frenado y que, posteriormente, se almacena.
Los coches híbridos tienen una mecánica es sofisticada y se dividen en tres tipos. Los mild hybrid cuentan con un motor eléctrico de dimensiones reducidas, el cual no es capaz de alimentar el vehículo de forma autónoma. Los full hybrid combinan el trabajo de ambos motores, el térmico y el eléctrico, permitiendo la autonomía de la modalidad mecánica durante unos pocos kilómetros. Los plug-in, equipados con baterías más potentes, pueden recorrer distancias más largas solo con la energía del motor eléctrico.
Al igual que en los vehículos eléctricos, el tren motor tiene menos componentes, por lo que se desgasta menos. Lo mismo sucede con los frenos. Debido a la menor fricción con el asfalto, los neumáticos consumen menos combustible.
Los motores térmicos requieren un mantenimiento más cuidadoso, poniendo atención en los líquidos y en los filtros, por lo que la frecuencia es similar a la de los coches tradicionales. Sin embargo, gracias a la complementación del motor eléctrico, reciben una carga menor.
También en este caso le aconsejamos que confíe el mantenimiento de su vehículo a personal competente y especializado.
Conclusiones
La elección de un coche eléctrico o híbrido no solo se da por una filosofía de vida más ecológica: también es necesario evaluar el uso real del vehículo y el tipo de desplazamiento.
Aunque sus componentes son menos propensos al desgaste, el estilo de conducción también juega un papel importante en el manejo y mantenimiento del vehículo: una mayor precaución y prudencia permiten que obtener un rendimiento de alto nivel a largo plazo.