Los neumáticos son un componente fundamental del coche. Mantenerlos en buen estado no solo garantiza reducir el consumo, sino también su seguridad y la de los pasajeros. Cambiar una rueda no está necesariamente relacionado con el desgaste: si usa neumáticos de verano y de invierno, deberá cambiarlos según la estación.
El mantenimiento y la inspección a intervalos periódicos son aspectos que no deben infravalorarse, también para evitar tener que cambiarlos cuando ya no sea posible posponerlo, por ejemplo después de un pinchazo, sin olvidar que la legislación establece un límite legal de uso y que el grosor de la banda de rodadura debe ser superior a 1,6 milímetros.
Control de los neumáticos
Ya hemos explicado las ventajas de instalar neumáticos eficientes, pero ahora profundicemos un poco más.
Entre los controles que debe llevar a cabo para verificar la eficiencia de los neumáticos se encuentra, ciertamente, la presión, cuyo valor el fabricante indica en el permiso de circulación. El control debe realizarse a título indicativo una vez al mes y con los neumáticos en frío. Con una presión adecuada también se ahorra combustible.
Otra comprobación importante se refiere a la alineación, que se debe comprobar en el taller cada seis meses. Los neumáticos desalineados se desgastan más rápidamente y no garantizan el agarre. ¡No subestime el daño causado por los impactos con baches o contra el pavimento!
Cuándo cambiar una rueda
Para saber cuándo debe reemplazar los neumáticos, es esencial que realice una inspección visual, pero una sensación de conducción incómoda también puede activar las alarmas.
Las vibraciones y otras perturbaciones cuando se encuentra detrás del volante requieren precaución y prudencia, es necesario asegurarse de que no haya problemas y que los neumáticos no tengan defectos.
El cambio también es necesario ante una banda de rodadura desgastada o la presencia de piezas dañadas o cuerpos extraños.
Cómo cambiar un neumático
Lo mejor es ir a un taller, pero si se pincha una rueda en el camino y el primero está a kilómetros de distancia, deberá cambiarla usted mismo.
Con nuestros consejos, podrá realizar el cambio en pocos pasos. ¿Está listo?
Esto es lo que necesita:
- chaleco reflectante;
- gato;
- llave de cruz;
- triángulo de señalización;
- guantes para reparar;
- rueda de recambio.
Encienda las luces de posición y coloque el triángulo. Recuerde no cambiar la rueda con el coche en pendiente, apague el motor, tire del freno de mano y active la primera marcha. ¡Debe trabajar con seguridad!
Ahora, póngase la chaqueta y los guantes. Desenrosque ligeramente las tuercas girándolas en sentido contrario a las agujas del reloj con la llave de cruz. Coloque el gato en posición estable y comience a levantar el automóvil hasta que el neumático ya no esté en contacto con la superficie de la carretera, haciendo palanca en el punto indicado en el permiso de circulación.
Desenrosque las tuercas por completo, saque el neumático e introduzca la rueda de repuesto. Asegúrese de que los orificios de la llanta estén alineados con los del coche. Seguidamente, inserte las tuercas y atorníllelas lo suficiente para evitar que la rueda salga de su posición. Baje el gato y apriete las tuercas con la llave.
Ya puede seguir viajando, pero recuerde: con la rueda de repuesto, ¡no debe superar los 80 km/h!