Es inevitable tener pequeñas distracciones durante la maniobra de estacionamiento y que se produzcan golpes con el bordillo de la carretera, como también lo son los arañazos y las abrasiones en las llantas. Se trata solo de un ejemplo de los problemas que pueden causar daños a las llantas de aleación de coches y motocicletas. Siga nuestros consejos: le guiaremos paso a paso para que la reparación de las llantas deje de tener secretos para usted.
Tipos de daño
Las llantas de aleación tienen un indudable impacto estético, lo que las hace muy atractivas entre los aficionados a las dos y cuatro ruedas. La composición de aleación de aluminio les aporta resistencia y ductilidad, pero también más fragilidad.
Un terreno irregular, un choque con el bordillo o un guijarro pueden causar daños más o menos graves en las llantas. Es importante verificar el alcance inmediatamente y entender si se trata de un daño estético o estructural.
En este último caso, puede ser necesario realizar intervenciones más importantes, como la soldadura y el acabado: así pues, para la reparación, no habrá más remedio que acudir a un carrocero. Si, por el contrario, el daño se limita a un arañazo o a una rayadura en la llanta, puede arreglarlo usted mismo gracias a nuestros consejos.
¿Qué productos necesita para reparar una llanta de aleación?
Si lo hace usted mismo y se le dan bien los trabajos manuales, con nuestros consejos podrá reparar la llanta sin recurrir a un profesional.
En el mercado no existen equipos para la reparación de llantas, pero encontrará el material con facilidad en una ferretería o en internet. Aquí está la lista de productos que necesita:
- Desengrasante;
- Papel de lija no abrasivo;
- Estuco;
- Hojas de periódico;
- Cinta adhesiva;
- Imprimación;
- Barniz para llantas en aerosol;
- Laca fijadora.
Cuando cuente con todos los productos de la lista, puede empezar a reparar el daño. Siga todos los pasos cuidadosamente.
Pasos para la reparación de llantas de aleación
Para reparar la llanta, puede elegir si desea desmontar o no el neumático. Si la primera opción le parece más fácil, levante el coche, desenrosque las tuercas que aseguran la rueda y retírela. Alternativamente, también puede realizar la operación con el neumático montado.
En primer lugar, elimine todos los restos de grasa y suciedad de la llanta con un desengrasante especial. La operación preparará la superficie para tratamientos posteriores. Una vez que haya terminado este paso, cubra el volante y, a poder ser, la carrocería del automóvil o motocicleta con hojas de periódico: de este modo, los protegerá de la pintura.
Lije la superficie de la llanta con papel de lija hasta que quede lo más homogénea posible. Si la rayadura es profunda, aplique masilla, espere a que se seque y vuelva a lijar.
A continuación, aplique la imprimación, un producto de agarre que ayudará a que el barniz se adhiera perfectamente a la llanta. Una vez seco, empiece a barnizar. Con las hojas de periódico que utilizó anteriormente y un poco de cuidado protegerá los neumáticos y la carrocería de los traicioneros rastros de barniz. Al final de la operación, si no está satisfecho con el resultado, puede aplicar una segunda capa de producto. Compruebe siempre los tiempos de secado recomendados para el barniz en aerosol. Finalmente, rocíe con laca fijadora.
¡Eso es todo, sus llantas quedarán como nuevas y brillarán como antes!
