No nos cansaremos nunca de repetir que el coche debe pasar por un mantenimiento periódico, no solo para preservar su funcionamiento, sino también para garantizar que usted esté seguro. Cada pieza requiere atención, lo que también se aplica al tubo de escape. Veamos su composición y funcionamiento en profundidad.
Funcionamiento del sistema de escape
El sistema de escape es un conjunto complejo de los motores térmicos, que consta de diversos componentes (colectores, parte central y parte terminal) cuyo funcionamiento está coordinado para maximizar el rendimiento del motor y silenciar el ruido del escape. Hoy en día, también juega un papel fundamental en la reducción de las emisiones del coche.
El colector consta de tantos tubos como cilindros hay en el motor. Dichos cilindros convergen en una sola unión y las diversas partes están conectadas entre sí por bridas. Los gases que despiden los cilindros tienen mucha energía y una velocidad y calor elevados, lo que significa una gran cantidad de energía cinética. Su temperatura puede alcanzar hasta los 1000 ºC.
Al final del colector, cerca de la parte central que conduce al silenciador, se encuentra la manguera que sirve para absorber los movimientos del motor dentro del capó. Está hecha de acero y envuelta en un resorte helicoidal, cuyos extremos se encuentran bloqueados por dos bridas circulares para absorber el ruido y la tensión causados por el motor.
El silenciador, por otro lado, facilita la expansión y el enfriamiento de los gases, al tiempo que absorbe los ruidos de la combustión. Mientras que el sistema de escape tiene la función de convertir los gases quemados por el motor en sustancias menos nocivas, la función del tubo de escape es alejarlos de la combustión que tiene lugar en el motor.
El tubo de escape
Los problemas con el tubo de escape son frecuentes. Entre las causas está el óxido que se forma dentro y fuera del sistema de escape. Su presencia no pasa inadvertida, ya que el escape se vuelve más ruidoso y el freno se activa más lentamente. De igual manera, los daños causados por un choque con el fondo pueden hacer no solo que se rompa el tubo en sí, sino también que se desprendan pequeñas piezas, obstruyéndolo y poniendo en peligro su funcionamiento. Por otra parte, la acumulación paulatina de agua (de la lluvia o de la nieve) y sal puede provocar agujeros y, por consiguiente, pérdidas.
Material para reparar el tubo de escape
Para realizar una reparación provisional del tubo de escape, necesitará:
- pasta selladora;
- cinta adhesiva para silenciador de escape;
- gato.
Tubo de escape: etapas de reparación
Tenga siempre presente que las reparaciones del automóvil deben hacerse siempre en condiciones de seguridad, por lo que primero debe apagar el motor y el vehículo debe estar aparcado sobre terreno plano.
Levante el coche con el gato y desmonte el tubo. Retire cuidadosamente el óxido e inspeccione la boca del viejo tubo para facilitar la fijación del nuevo, y aplique la pasta selladora. Reemplace los soportes que había retirado y apriételos para garantizar una buena fijación.
En caso de fuga, enrolle la cinta adhesiva para silenciador de escape alrededor de la parte dañada, primero la parte metálica y, a continuación, el paño adhesivo, teniendo cuidado de humedecerlo para que se ablande. Cuando todavía esté húmedo, envuelva unos alambres y encienda el motor al ralentí. Los gases de escape facilitarán el endurecimiento.
Si el resto del sistema funciona, podrá viajar con las ventanillas abiertas, pero no se demore y piense en realizar una reparación permanente.