GPL significa gas licuado del petróleo, una mezcla de hidrocarburos alcanos de bajo peso molecular. Es un combustible bastante asequible, con un alto rendimiento energético y calorífico. Los coches GLP garantizan un ahorro de combustible, ya que el precio no aumenta tan rápido como la gasolina, además de su menor impacto ambiental al ser más ecológicos gracias a la menor presencia de óxidos de nitrógeno. Un automóvil de GLP también puede circular libremente cuando hay colas de tráfico.
Pero veamos con más detalle cómo funciona un sistema de GLP y qué intervenciones de mantenimiento requiere.
Funcionamiento del sistema de GLP
En los sistemas de última generación, el rendimiento del vehículo es similar al de un coche de combustible tradicional, teniendo en cuenta la recuperación, la potencia y la fluidez de las marchas.
Un sistema de GLP consiste en un depósito, una válvula solenoide, un reductor-vaporizador y un conmutador. El motor se arranca en frío. Cuando el líquido refrigerante alcanza la temperatura de funcionamiento de 25-35 °C, el reductor permite la evaporación del GLP, el cual llega a un filtro y, posteriormente, a los inyectores, cada uno de los cuales alimentará el cilindro correspondiente. Esta característica de los sistemas modernos protege contra el riesgo de incendio que causa el retroceso de llama de los sistemas antiguos. La válvula solenoide controlará la cantidad de combustible que necesita entrar en el motor.
Mantenimiento periódico de los coches GLP
En comparación con los coches de gasolina, los costes periódicos de mantenimiento son más altos, aunque no excesivos. Van de la mano con la revisión, por lo que deben realizarse periódicamente y, en cualquier caso, cada 20 000 kilómetros.
El mantenimiento periódico está destinado a verificar la ausencia de fugas en el sistema y a comprobar las válvulas y filtros del motor, con posibles sustituciones.
Mantenimiento extraordinario de los coches GLP
La ley exige que el sistema de GLP se sustituya cada 10 años. Para los coches cuya instalación se realiza en la fábrica, se toma de referencia la fecha de matriculación; para los coches en los que se ha instalado posteriormente, se tiene en cuenta la última fecha de prueba. El coste de revisión y sustitución del sistema es de unos 600 euros.
El mantenimiento extraordinario también incluye la revisión de la culata del motor. Se trata de una intervención un tanto onerosa, cuyo coste asciende a casi 1000 euros. Sin embargo, es de vital importancia, ya que el sistema de GLP a menudo desgasta las válvulas del motor, que requieren controles exhaustivos o deben ser sustituidas durante las revisiones. La gasolina también tiene un poder lubricante, que también resulta útil para proteger las piezas mecánicas. Para conservarlas, recorra unos kilómetros también con gasolina y no solo con gas, y alterne un depósito lleno de gasolina con dos de GLP.
Repostaje y aparcamiento
Recuerde que la normativa no permite el repostaje autónomo: por lo tanto, deberá realizarlo el personal de la estación de servicio, durante las horas de funcionamiento.
En cuanto al estacionamiento, los coches equipados con nuevos sistemas de GLP pueden aparcar en los aparcamientos subterráneos hasta el primer piso del sótano.